jueves, 7 de enero de 2010

3 ejemplos del fracaso del capitalismo

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Cada 24 de diciembre, la plaza principal del Cusco se convierte en una gran feria artesanal, el “Santurantikuy”, uno de los pocos momentos en que esa plaza, la Jaukaypata de los inkas, vuelve a ser de los cusqueños (la mayor parte del año le pertenece nomás al turismo). La feria se caracteriza por la necesidad de presentar trabajos originales, pues cada vez la competencia es mayor, cada vez hay más oferta, los feriantes necesitan vender más, pero la demanda no crece, los compradores tienen estancada su capacidad adquisitiva, porque cada vez el dinero alcanza menos.

Lección uno: los liberales dicen que si nos esforzamos lograremos mayores oportunidades. La realidad demuestra que esto no es posible si todos nos esforzamos al mismo tiempo. El sistema funciona siempre que los beneficiados sean muy pocos, como ha sido hasta ahora.

La Reserva Comunal Amarakaeri ha sido completamente incluida en el lote 76, concesionado a las petroleras Hunt Oil y Repsol. Se supone que estos espacios “reservados” se crean para mantener territorios indígenas pero fundamentalmente para conservar el medio ambiente, para que existan espacios limpios de contaminación, que preserven la vida de muchas especies, la riqueza biológica. Pero resulta que en muchos de estos lugares existe algún “recurso” que en otras partes está agotándose. Estados Unidos ya ha consumido la mitad de sus reservas de petróleo, hace 30 años que su producción disminuye aceleradamente, y esto sucede en muchos países, es lo que llaman el “cenit” del petróleo. Por eso esas mismas empresas se están adueñando de todos los lugares que aún contengan recursos, aunque sean áreas de riqueza biológica protegida.

Lección dos: los especialistas saben que los recursos son agotables y que en estos tiempos ya empezaron a agotarse (el cenit mundial del petróleo llegó el 2007), por eso buscan energías de reemplazo en los años futuros y mientras tanto, se explotará lo existente hasta que se agote. La realidad es más complicada, aunque encontrasen esos reemplazos, en el lapso de agotar el recurso existente, al disminuir su cantidad subirá su precio, generando crisis económicas, hambrunas y guerras como la invasión a Irak. Aunque lo peor es el crecimiento de la contaminación, la pérdida de reservas naturales es irreparable.

Un huayco penetró en la ciudad de Ayacucho, otras lluvias generaron deslizamientos en Lima. Los efectos del cambio climático ya están en las ciudades. El ciclo anual de lluvias se altera año tras año, el clima se modifica caprichosamente, se pierden especies naturales que alteran el ecosistema y se perjudican muchos cultivos, encareciendo más la vida. Todo esto nos sucede aunque nuestros pueblos, durante miles de años, aprendieron a adaptarse a la naturaleza y vivir en armonía con ella, sin alterarla mucho.

Lección tres: los liberales dicen que el culpable del aceleramiento del cambio climático es la humanidad, es decir todas las gentes. Si bien casi todos contribuimos en este proceso, porque producimos basura inorgánica y usamos combustible (costumbres que nos trajo la modernidad), la cantidad de desechos contaminantes producidos en todos los países del sur es menor a la que produce sólo Estados Unidos.

Resumen: dentro del capitalismo el bien de unos es el mal de muchos, la posibilidad de un bienestar generalizado está descartada. Los recursos que extraen de nuestros territorios se acabarán, habremos recibido sólo migajas y nuestro medio quedará destruido. El cambio climático es una muestra del fracaso del capitalismo pero es un fracaso que puede destruir todas las vidas, si dejamos que muera por muerte propia, moriremos primero nosotros.

Hay que volver a la vida en armonía. Economías solidarias y autónomas que nos hagan menos dependientes, comerciar entre nosotros y no con sus empresas. Hay que evitar que exploten nuestros recursos, porque la principal riqueza de nuestras tierras es biológica. Está bien disminuir los niveles de contaminación locales pero más importante es detener a las grandes empresas que contaminarán mil veces más en mucho menos tiempo. La esperanza está en construir sociedades alternativas ahora, tenemos ejemplos como las autonomías zapatistas que se inspiraron en la tradición maya. Aquí tenemos muchas tradiciones vivas que debemos recuperar pronto, eso nos dará la fuerza para resistir, competir y enfrentar a los destructores de la vida.

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