miércoles, 25 de mayo de 2011

La lucha aymara está creciendo

Las mujeres llegan con sus q'epes y sus wawas




la plaza de Puno es prácticamente tomada


Las infaltables ollas comunes






Más de 10,000 aymaras tomaron la plaza principal de la ciudad de Puno. No los convocó algún político, dirigente o líder; los convocó uno de sus cerros sagrados, el apu Khapía.



Desde el 9 de mayo, los pobladores de Chucuito reiniciaron la huelga indefinida, exigiendo el retiro definitivo del Proyecto Santa Ana, de la empresa canadiense Bear Creek Mining Company en el distrito de Huacullani (Chucuito). Lo que puede contaminar sus sembradíos, el lago Titicaca y los ríos de la cuenca del Desaguadero. Bloquearon el Puente Internacional impidiendo el tránsito hacia Bolivia. También quemaron ejemplares del diario Correo, porque este periódico, como lo hace siempre, se dedicó a difamar la lucha aymara.



Luego, los pobladores de la provincia de Yunguyo se unieron a la protesta cerrando la frontera en la zona de Kasani. Ellos exigen el retiro de la concesión a la minera Patagonia Metals S.A., en el cerro Khapía, un lugar turístico y considerado sagrado para los aymaras, que el 13 de mayo fue declarado patrimonio cultural de la nación. Esta declaratoria parecía querer calmar los ánimos pero los yunguyeños no se dejaron engañar y se sumaron a la lucha.



Al ir creciendo la protesta, el jueves 19 de mayo una comisión del gobierno viajó a Puno y miles de aymaras llegaron también al lugar, pero el diálogo no llegó a nada. El sábado los manifestantes volvieron a sus provincias, anunciando retornar a Puno el lunes. El gobierno propuso que el diálogo se realice en la vecina ciudad de Juliaca, lo que fue rechazado por el Frente de Defensa de la zona sur.



El temor no sólo afectó a las autoridades, en la ciudad de Puno se hablaba de saqueos y para colmo, el Presidente Alan García autorizó la intervención de las fuerzas armadas. El lunes 23 miles de aymaras llegaron desde Yunguyo y Chucuito, pero también de otras localidades aymaras de las provincias de Ilave y Puno, toda la zona sur de la región. La plaza fue completamente tomada por dos días y ante la ausencia de respuesta del gobierno se anunciaron medidas más radicales.



El Presidente Regional había anunciado su apoyo a la protesta y ofrecerse de negociador, sin embargo los aymaras cuestionaron esta decisión. Le están diciendo a las autoridades locales y regionales “ustedes no van a negociar ni tomar decisiones, ustedes lo que tienen que hacer es obedecer las decisiones que ya tomó el pueblo aymara”. Exigiéndoles que actúen como lo hacen las autoridades tradicionales de las comunidades, quienes no mandan, sino más bien hacen cumplir los acuerdos de la comunidad toda.



Una de las demandas es la derogatoria del decreto 083 del año 2007, que autoriza las concesiones en zona de frontera. Pero la demanda mayor es el cese a las concesiones mineras, lo que ha convocado el apoyo de otras organizaciones de la zona quechua y urbana, los universitarios se hicieron presentes y cerraron la Universidad Nacional del Altiplano. Se anunció el bloqueo de otras vías principales de la región y un posible apoyo de la provincia de Azángaro, en la zona norte. Algunas consignas decían “no hay balas, no hay bombas, no sé qué mierda pasa” insinuando la estrategia del gobierno de pretender cansarlos para provocar enfrentamientos los días siguientes.



Van 16 días de paro, queda claro que lo que más indignó fue la concesión de zonas sagradas como el Khapía y el mismo lago Titikaka, el más sagrado de todos los lagos andinos. Hace unos años Alan García había dicho que eso de apus y pachamamas eran arcaísmos promovidos por algunas ongs que se oponen al desarrollo, que en realidad no existen. Ahora esos apus y la Pachamama le están respondiendo que sí existen y que sus hijos están dispuestos a dar la vida por defenderlos, porque así defienden también su vida y la de toda la humanidad.




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