viernes, 23 de septiembre de 2011

Una movilización para el mejor sobón

Se está convocando a una movilización encabezada por la CGTP, CUT-Perú, Frentes Regionales, la Coordinadora Política Social y otras organizaciones, pero lo novedoso es que se trata de una movilización en respaldo a los cambios iniciados por el gobierno de Ollanta Humala.


Esta movilización es doblemente curiosa. Primero porque no hay una razón que justifique respaldar al gobierno, pues aún no hay una fuerte campaña que cuestione sus reformas, más bien la derecha se siente un poco complacida de que estas reformas estén siendo moderadas. Hay casos en que sí hay fuerte presión de la derecha, como es el caso de la erradicación de los cocales, allí sí se justificaría un respaldo a las medidas anunciadas por Soberón y que parece que están retrocediendo ante tanta presión, pero la CGTP y sus aliados no dicen nada de esto.


Lo otro es que la medida de respaldo a la vez exige que el gobierno cumpla las promesas en el aspecto laboral. ¿No es contradictorio? Sería bueno una movilización exigiendo el cumplimiento de estas promesas, sin que llegue a enfrentarse; pero eso de ir a respaldar al gobierno que aún no cumple los ofrecimientos es un poco enredado.


Lo preocupante es que estas organizaciones han programado su movilización para el 12 de octubre, día que los pueblos indígenas y todos los que luchan contra el saqueo minero-petrolero realizan movilizaciones y acciones a nivel continental. Quizás el objetivo es mostrarse ante el gobierno y la derecha como lo “menos peligroso2, como decir: “miren, les conviene un movimiento sindical dialogante como nosotros, que no somos como los indios radicales”. Quizás el objetivo sea opacar esas luchas.


Las organizaciones lideradas por la CGTP no son tan representativas como se muestran, en muchos casos sólo cascarones como los frentes regionales del sur. Por eso han surgido otras organizaciones como el Famasur, que quieren hacer lo que los “frentes regionales” dejaron de hacer hace mucho: organizar al pueblo. La mayoría de los sindicatos ligados a la CGTP están en una lógica de negociación y cuidan no ser desplazados por los movimientos populares de base. Ninguno de ellos estuvo en la movilización de Arequipa contra las minas, por citar sólo un ejemplo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Las minas se reúnen, los pueblos se unen

Periódico “Lucha Indígena” – Colectivo “El Muro” de Cusco


Texto: Roberto Ojeda Escalante


Fotos: Claudia Palomino Valdivia




Nuevamente el Perú ha mostrado al mundo sus dos caras, sus dos verdades, sus dos mundos que siguen conviviendo conflictivamente en su territorio. Entre el 12 y el 16 de setiembre de 2011 se realizó la 30ª Convención Minera Perúmin en la ciudad de Arequipa, evento que reunió a cientos de empresarios mineros y miles de asistentes que compartieron exhibiciones de los diversos proyectos mineros que se implementan en el país. Era una reunión de empresas transnacionales para hablar de las bondades de sus actividades, del dinero que generan para llenar sus bolsillos y de paso dejar algunas obras en el país.



Entre el 13 y el 15 del mismo mes y a tan solo poco más de 10 cuadras de la reunión minera, se desarrolló el Foro de los Pueblos alternativo a la 30ª convención minera. Este evento fue organizado por la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (CONACAMI) y contó con la asistencia de organizaciones sociales del país, principalmente de la zona sur, que por su cercanía les resultaba más fácil llegar, pero también porque es la zona más afectada por las inversiones mineras. Fue una reunión de las víctimas del lado malo de la minería: la contaminación ambiental, la agresión a los territorios indígenas y la violación a los derechos de estas poblaciones.






“Hay plata, hay cobre, y el pueblo sigue pobre”



El Foro logró juntar a los pueblos que en los últimos años vienen reclamando contra la agresión minera, entre los que estuvo presente el recientemente creado Frente Amplio del Macrosur (FAMASUR), organización que nace para agrupar las luchas de los pueblos, como una muestra de que los conflictos ya no son aislados, sino que se trata de uno solo y es necesario unirnos. A pesar de ello, las discrepancias entre las diferentes organizaciones no estuvieron ausentes, pero el problema minero logró agruparlos. Salvo aquellos que no se sienten directamente afectados.



La voz de los pueblos coincide en algunos puntos inobjetables:


- La minería contamina, sea grande o pequeña, ha contaminado varios pueblos y pretende contaminar otros nuevos, generando una oposición mayoritaria.


- Las empresas mineras utilizan la corrupción para enfrentar la oposición de esas poblaciones, comprando autoridades, periodistas, profesionales y dirigentes.


- Las concesiones y proyectos mineros violan derechos humanos de los pueblos indígenas, como el de la consulta previa. Además de que una respuesta común a la oposición de las comunidades es la represión y el amedrentamiento violento, utilizando para ello a la policía nacional en la mayoría de los casos.


- La minería perjudica a los pueblos indígenas, pues altera sus culturas y formas de organización. Aunque la principal agresión es a la disminución y división de sus territorios. Esta agresión no solo afecta a los indígenas, también otros sectores campesinos e incluso urbanos.


- La respuesta de las comunidades ha utilizado diversos medios, incluyendo la protesta social, pero han sido criminalizados por el gobierno anterior y muchos dirigentes se encuentran perseguidos por la justicia.






“El pueblo inteligente defiende el medio ambiente”



¿Qué piden los pueblos?


Como la mayoría de las comunidades en Perú son poblaciones indígenas -ya sean quechuas, aymaras o alguna de las 70 etnias de la Amazonía-, una de las principales demandas es el respeto a sus derechos ancestrales, pues son pueblos que existen desde antes de que se formara el actual Estado peruano, los mismos que se vieron agredidos los últimos 500 años, viendo disminuir sus territorios y esclavizados a sus hermanos. Recientemente el Congreso aprobó la Ley de Consulta Previa, pero como contiene algunos errores, se exige que sea retroactiva para revisar los proyectos extractivos ya existentes, y que el reconocimiento de quienes son pueblos indígenas (para que sean objeto de consulta o no) lo deben hacer los propios pueblos y no una entidad estatal como dice la Ley.



También se exige que la declaración de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, aprobada el 2007, sea convertida en Ley nacional.



Pero el conflicto con las minas no solo está en comunidades fácilmente reconocibles como pueblos indígenas, existen casos como el costeño valle del Tambo, de población mayormente migrante. Ellos exigen que las consultas realizadas mediante referéndum sean consideradas vinculantes.



Se exige también que mientras se reglamenta y aplica la ley de consulta, se de una moratoria y revisión de las concesiones mineras existentes. Pues las empresas quieren aprovechar ese lapso para consolidar su presencia y que las concesiones y proyectos existentes no vayan a ser revisados.



Una exigencia importante es la derogación de todos los decretos y leyes que criminalizan la protesta social, emitidos por el anterior gobierno, el nefasto gobierno aprista de Alan García.



Pero no solo se exige, también se propone. Frente al modelo de desarrollo saqueador y depredador de la naturaleza, se plantea otro basado en el allin kausay, el buen vivir, que respete los derechos de los pueblos a decidir su propio desarrollo, y el respeto a los derechos de la Pachamama y toda la naturaleza. Que se base en el bienestar común, solidario y equitativo; en lugar del modelo competitivo e individualista actual, que está destruyendo la humanidad y el planeta todo.




“El agua es un tesoro que vale más que el oro”



Uno de los principales temas es el del agua. Las minas utilizan tanto este recurso que es imposible que no afecten a las poblaciones vecinas. Los casos de perjudicados son muchos y son dramáticos. Pero además, este tema evidencia la existencia de dos formas de entender el mundo: mientras los capitalistas y liberales consideran que todo lo existente son objetos, incluyendo la naturaleza, por lo que les denominan “recursos naturales”, que pueden ser comprados y vendidos; ya sean los minerales, las tierras, el agua y hasta los humanos mismos. Los pueblos indígenas consideran que la naturaleza es un ente vivo, del que dependemos para vivir los seres humanos. La Pachamama es nuestra madre, no podemos usarla ni menos ultrajarla como hacen los capitalistas. Los ríos, los cerros, los bosques; son nuestros hermanos mayores, necesitamos de ellos para vivir y es nuestro deber conservarlos.







“El pueblo está luchando y Ollanta negociando”



La mesa temática de las mujeres planteó posiciones más profundas que ayudaron a darle mayor contenido a las conclusiones generales. La mesa de afectados por la contaminación formó un comité de afectados que agrupe las demandas hasta ahora dispersas, esto generó ciertas suspicacias de Conacami pero aparentemente lograron aclarar las cosas. La mesa de medios alternativos se propuso coordinar todos los medios existentes para contribuir en fortalecerlos y que la información circule de forma colectiva, en ayni. También es importante resaltar la presencia de delegaciones de otros países, como los diaguitas huascoaltinos de Chile, que ayudaron a constatar que el problema de la minería es mundial.



El día 16 se realizó una movilización encabezada por el Famasur, Conacami y organizaciones de todo el sur del país, destacando la presencia de las dos poblaciones que vienen luchando contra la minería en la región Arequipa, los valles de El Tambo y La Joya. Hubo presencia de extrabajadores mineros y también es importante mencionar la presencia de colectivos juveniles de Arequipa y otros lugares, con acciones creativas que incluían poesía en la marcha.



La movilización fue masiva y llegó a la zona donde se desarrollaba la convención minera, para dejar allí sus demandas, que fueron leídas públicamente allí afuera, pues la policía (que defiende a las empresas privadas antes que a la población) no les dejó ingresar. La zona se hallaba completamente cercada por fuerzas policiales, dejando claro que en el Perú todavía hay dos clases de ciudadanos. La movilización se dirigió a la plaza principal de Arequipa, donde culminaron con un mitin en el que hablaron representantes de las principales organizaciones presentes.



La prensa informó muy poco de este evento, demostrando que está casi completamente comprada por las transnacionales mineras. La cuestionada criminalización se hizo presente, varios dirigentes fueron hostigados al momento de partir de la ciudad y el dirigente de Conacami Pablo Salas fue detenido. Hasta el nuevo gobierno “progresista” y “nacionalista” mostró una posición que contradice su discurso, pues el ministro de Energía y Minas fue a clausurar la convención minera, mientras ni siquiera enviaron algún representante al Foro de los pueblos. Todos estos hechos provocaron las consignas con que hemos subtitulado esta crónica.